25N: Cobertura Periodística y Violencia de género

Noviembre ha sido un largo mes, principalmente porque la pauta mediática ha estado circulando en torno a diversos casos de violencia de género que se han dado alrededor de figuras de poder político y mediático en Chile.

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Por Juan Ortega, periodista de Radio JGM en Chile

La acusación que se levantó hace ya más de un mes, contra el ex subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, ha mostrado avances en la investigación y hoy tiene a la ex autoridad en prisión preventiva en el marco de un caso que golpea duramente al gobierno.

Las acusaciones que se han hecho contra el ex futbolista Jorge Valdivia, que también está con prisión preventiva, han sido cubiertas con lujo de detalle por los matinales y noticieros de tv que han aprovechado la figura del ex  ídolo deportivo y sus vínculos con la política y el espectáculo, para desarrollar un ejercicio sensacionalista del periodismo.
Como si fuera poco, la denuncia en contra del presidente Gabriel Boric, por una supuesta filtración de fotos íntimas, destapó una situación que deja al primer mandatario como supuesta víctima de un caso de acoso digital ocurrido hace más de 10 años, cuando aún no era ni siquiera diputado.

Todos casos de abuso, de connotación privada, de índole sexual que rodean a figuras famosas, del mundo político y con múltiples vínculos en la escena pública. La mayoría de las víctimas son mujeres, que fueron abusadas, violadas y que levantan denuncias para hacer frente a lo que pareciera un patrón que se reproduce en múltiples espacios, de violencia sistemática.

¿Qué rol deberían tener los medios frente a esta ola de noticias de violencia de género? ¿Qué debates propone la clase política frente a esta exhibición de abusos de poder que golpean directamente a mujeres?

Los medios nos ofrecen hacer telenovelas, donde cada día sale un nuevo y escabroso detalle de cualquiera de los casos señalados, transformando en una serie de netflix el acontecer del país: intrigas, poder, sexo e influencias. Los matinales recuperan los detalles de las historias, revisando horas de cámaras de control de tránsito, declaraciones de expertos y posibles escenarios futuros. Reflexiones… pocas, por no decir nada y cero análisis educativo sobre el rol de la información frente al tema. 

La falta de tino de la cobertura periodística y la falta de autocrítica del propio gobierno frente a sus erráticas decisiones al respecto, han transformado un momento para debatir como sociedad sobre el abuso de poder, y la violencia patriarcal instalada en múltiples formas, en una sucesión de rumores, informaciones y filtraciones de la prensa que nos acercan a la experiencia de ver una serie o película de plataforma de pago, más que a participar de un debate público que nos aproxime a las falencias de la institucionalidad y ayude a mejorar el panorama. 

El circo mediático se mezcla con el desacierto político para hacer docu- realitys del morbo. De respeto a las víctimas, de voces de la sociedad civil o análisis de los movimientos feministas que llevan décadas de denuncia al respecto, nuevamente nada.

Acabamos de conmemorar otro 25 de noviembre, hasta la fecha van 40 femicidios en lo que va del año y la cifra se mantiene respecto de años anteriores. Y en ese contexto, donde los medios y las autoridades deberían haber recogido el guante que la agenda proponía y construir un relato de necesidad de justicia, dignidad y cambio en las reglas del juego, como un ejercicio educativo que tanta falta nos hace.  

En ese contexto Elegimos los silencios cómplices en el caso de la clase política y el espectáculo vacío por parte de los medios.  La mejor manera de predecir el futuro es creándolo y en estos temas, seguimos mirando hacia atrás.

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