Este 4 de julio las asambleas socioambientales y vecinos de Mar del Plata se movilizaron “por un mar sin petróleras”, en el marco de la audiencia pública que se realizó en la ciudad para habilitar una nueva exploración de la multinacional Shell.
Fernanda, integrante de la Asamblea por un mar sin petroleras en Mar del Plata [Descargar]
Los días 4 de cada mes se llevan a cabo los “Atlanticazos”, impulsados por la red de comunidades costeras para preservar al mar argentino de los daños producidos por la explotación hidrocarburífera. Este mes coincidió con la audiencia publica que se realizó para que el Gobierno Nacional le otorgue el permiso a Shell para realizar una nueva exploración sísmica en la cuenca norte del mar argentino y a menos de 200 kilómetros de la costa.
Fernanda, miembro de la Asamblea “Por un mar sin petroleras” de la ciudad de Mar del Plata, explicó que “los atlanticazos son acciones de resistencia que realizamos los días 4 de cada mes todas las comunidades costeras, que venimos peleando desde hace tres años, contra los distintos proyectos petroleros ecocidas que intentan avanzar sobre el mar y nuestros territorios.”
En la audiencia pública del 3 de julio, Shell presentó los estudios para seguir con un proceso de exploración sísmica y perforaciones exploratorias en dos áreas marítimas de la cuenca argentina norte, CAN 107 Y 109. La exploración se llevará adelante en octubre, noviembre y diciembre de este año y “significa para una amplia comunidad científica, serios problemas y consecuencias para el ambiente marino y el ecosistema costero”, señaló Fernanda.
La exploración sísmica consiste en disparos de aire comprimido desde buques hacia el fondo marino, emisiones sonoras de altísimos decibéles con una frecuencia de entre siete y diez segundos. “Toda la fauna que es alcanzada por estas emisiones sonoras se ve afectada. Puede causar la muerte de los individuos, o problemas a nivel fisiológico, auditivo, neurológico. Tiene un fuerte impacto sobre la alimentación y la reproducción, la fauna termina alejándose de sus sitios de alimentación y reproducción y se pone en riesgo su supervivencia", describió la integrante de la Asamblea.
En las audiencias los representantes de las empresas y funcionarios hacen referencia al potencial económico, productivo y de generación de trabajo que los hallazgos de hidrocarburos supondrían. Las organizaciones socio ambientales, vecinos y vecinas, que vienen luchando contra estos proyectos “ecocidas y extractivistas” responden que estos argumentos “son falaces ya que en los distintos lugares donde se instala el extractivismo petrolero nada de esto sucede. Por el contrario lo que generan es saqueo, despojo y contaminación.”
“Desde las comunidades seguimos manteniendo nuestra acción de difusión y de resistencia de manera permanente, convocandonos, llegando a las escuelas, movilizandonos para manifestar nuestro rechazo absoluto a estos proyectos que solo traen contaminación, pobreza y despojo”, aún después que el estado en las audiencias habilite a las empresas “nunca tendrán la habilitación social” concluye Fernanda.
La empresa Shell cuenta con el antecedente local del derrame producido por su buque Estrella Pampeana, en las costas de Magdalena en 1999. Cinco millones de litros de crudo derramados y veinte kilómetros de costa, arroyos y humedales contaminados. Nunca se obtuvo justicia ya que la petrolera todavía no pagó por los daños debido a la dilatación de la causa a lo largo de más de dos décadas.
Por Fernanda Herrera, en el marco de las practicas profesionales de la Carrera de Comunicación de la U.B.A.
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